FALLECIÓ MI QUERIDO PRIMO JOSE MIGUEL LEÓN por DONACIO CEJAS PADRÓN

CRÓNICAS PRETÉRITAS

Por Donacio Cejas PadrónFALLECIÓ MI QUERIDO PRIMO JOSE MIGUEL LEÓN PADRÓN

Después de una larga temporada de sufrimientos y dolor, ayer falleció en Santa Cruz de Tenerife mi querido primo hermano Jose Miguel León, cuyos restos ya descansan en su isla de El Hierro en Valverde donde vivió la mayor parte de su vida.

Fue Jose Miguel un hombre afortunado que no tuvo que sufrir el dolor de la emigración, y que pudo residir durante toda su vida en nuestra isla, en su infancia fue jugador de fútbol y capitán del equipo Candelaria, practicó también la lucha canaria allá por los años sesenta formando parte del club de El Golfo, y se distinguió siempre por su nobleza y buen carácter. Hizo el servicio militar en Aviación de Las Palmas, y a su regreso se dedicó con su padre y hermanos al cuidado de las fincas del patrimonio familiar, lo recuerdo ya en 1,961 conduciendo su camión Commer TF 8,052, muy jovencito aún repartiendo cubas de agua entre los vecinos de Frontera y de otros pueblos de la isla, se casó con Clarita Quintero, hija del comerciante D. Vicente y pronto se incorporó a labores administrativas en Valverde en la empresa de su suegro, al mismo tiempo se hizo agente comercial y representaba en la isla a algunas marcas de coches y de seguros, culminando su vida laboral como Director de una oficina bancaria

en la capital Valverde.

Liberado de esa actividad se dedicó intensamente al cuidado de sus fincas heredadas de su padre D. Mauro León Padrón, especialmente a la llamada Llano Grande en Aguanueva, cultivando mangos, piñas, naranjas, y otros frutos, que él cuidaba con gran pasión y dedicación, hasta que hace unos años su salud empezó a deteriorarse.

Fue Jose Miguel una persona de muy buen carácter, generoso y colaborador, cariñoso con todos sus familiares, excelente esposo y padre de sus hijos a quienes inculcó sin duda los mejores ejemplo. Ayer estuvo acompañado de sus seres queridos mas íntimos, de sus primos venidos de Icod y de Santa Cruz, de sus numerosos amigos residentes en esta ciudad, y me cuentan que a su camino hacia el lugar, para su descanso eterno en El Hierro fue acompañado por gran parte de la sociedad herreña.

Descansa en paz querido primo, nos has dejado entre tantos ejemplos, tu paciencia ante la adversidad a que la enfermedad te sometió durante un largo tiempo, te recordaré con tu cara de expresión tranquila cuando te encontré hace unos meses en una establecimiento comercial de La Laguna, siempre manifestando esperanza de que te curarías, y que para La Bajada de La Virgen estaríamos juntos en nuestra tierra. Dios no lo ha querido, pero en nuestros corazones estarás siempre presente, y acompañaremos a tu esposa y a tus hijos en su dolor.