LA NOCHEBUENA EN FRONTERA

             CRÓNICAS PRETÉRITAS

             Por Donacio Cejas Padrón

      LA NOCHE BUENA EN FRONTERA

  Por fortuna para mi esposa y para mí, pudimos disfrutar de La Navidad en nuestro querido pueblo de Frontera,  la cena navideña en casa de mi hermano con sus hijos, nietos y otros familiares, y nosotros dos, mi largos años de emigración me habían impedido pasar  estas fechas en Frontera, desde 1.959, pero ahora retirado de mi actividad comercial, hace dos años sí  la pasamos aquí, y este 2,025 también.

Tenía yo un recuerdo sublime de lo que era La Nochebuena  en nuestro pueblo y de los actos religiosos en La Parroquia,  y ahora tenía cierto temor  de que  la celebración de esta época  anulara aquellas vivencias tan dulces y placenteras, por aquello que se suele repetir “ No vuelvas al lugar donde fuiste feliz”, para  que no te decepciones,  pero  no ha sido así, y hemos disfrutado de unos momentos deliciosos reviviendo lejanos tiempos, pero es que  La Iglesia de nuestro pueblo es preciosa y en Navidad las personas que la adornan tienen un gusto muy delicado y la muestran  siempre muy bonita y encantadora. Se conserva aquel tradicional disparo de un tiro a las doce de la noche cuando El Párroco abre el telón y pronuncia aquella frase  “Gloria a Dios en las alturas,” e inmediatamente se ilumina el templo y desde detrás del altar aparecen los bailarines con estruendo de pitos y tambores que tanta emoción nos produce oírlo a todos los herreños. Me siento una vez más, muy afortunado por poder disfrutar de las fiestas de mi pueblo tan recordadas y añoradas durante decenas de años de dolorosa emigración.

Seguramente que será ahora en estos días, momento para hacer un balance del año que se nos va, el 2025, que además fue Año de Bajada. Siempre suceden acontecimientos que marcan  los ritmos y los tiempos. Fallecieron algunos amigos y familiares muy estimados, nos cambiaron el Párroco,  y la vida sigue transcurriendo, yo cumplí ochenta años, y eso marca y avisa de las limitaciones que los años van imponiendo, esperaremos el 2026 con ilusión y esperanza de salud para nuestras familias, y prosperidad para nuestro pueblo y nuestra isla.

El ocho de febrero tendremos DM la Fiesta de Los Llanillos, primera del año, en que la patrona de nuestro Valle La Virgen de Candelaria acude en visita anual a ese pago tan entrañable al que me unen lazos de sangre por parte de mis ancestros maternos.

Hasta ahora hemos tenido la suerte de que el temido Viento del Sur no  se ha hecho presente, y por lo tanto la cosecha de naranjas y aguacates se ha podido recolectar con normalidad, y en las últimas semanas hemos tenido lluvias de regular intensidad, que ya eran muy esperadas para nuestros campos, especialmente la viña, los durazneros, mangos y otros frutales.

Parece que `por fin  han empezado las obras en La nueva Residencia de Ancianos de Frontera, que con tanto clamor se ha venido pidiendo a las autoridades,  seguro que nuestro querido Ramó

n Padrón desde su morada eterna sonreirá complacido por sentir aproximarse y hacerse realidad un sueño por el que tanto luchó.   Esperemos también que pronto estén listas las obras de la zona de baño de La Maceta y se abran al público las piscinas de Las Puntas, que tan necesarias se hacen.

Por mi vinculación con Venezuela, no puedo dejar de nombrar aquel  querido país que se revuelve y lucha contra una tiranía que lo oprime y lo maltrata desde hace ya muchos años, esperemos que en  el próximo año, se vean hechos realidad los sueños de los venezolanos de dentro y de fuera, que unos y otros han sufrido los rigores de la separación de  las familias, pues ya se documenta que más de ocho millones de venezolanos han abandonado su país, hasta en nuestro pueblo ya se nota la numerosa presencia de naturales criollos, y muy especialmente niños que seguramente  serán mayoría en los centros escolares  del municipio.

     Salud y tranquilidad para todos en el nuevo año.