Will Smith deja la Academia de los Oscar. Eso no le va a restar el ser uno de los artistas más completo, carismático y talentudo del mundo del cine y del arte. Empresario de descomunal éxito, polifacético y de talante humorístico, es genial en la comedia, nada le mermarán los castigos. Salvo unos pocos, todos quieren mancillarle, le harán segregación y seguirán opinando de él con rechazo. Pero seguirá siendo un gigante y uno de los más brillantes. Perdió los papeles, se dejó llevar por la ira, y eso le ha perjudicado mucho. Le faltó retenerse por respeto a la comunidad de asistentes que deseaban que todo transcurriera normalmente en la 94 ceremonia.
Sin embargo yo que fui educada en la disciplina, en la represión y en la formación religiosa, me he desatado en las dependencias de urgencias, cuando he visto en peligro la vida de mis seres queridos. No me reconocía, descompuesta, desatada, dando gritos como una vulgar "chancleta" y es que como dijo Will Smith, el amor te hace cometer locuras y si este sentimiento no es pasional en ti, nunca conocerás esta conducta que nace de la desesperación. Nunca me arrepentí de mi conducta irracional, llamando la atención de profesores de escasa vovación, médicos sin ojo clínico, sometedores y desprestigiadores de mis familiares, y todo ello, para intentar subsanar unas profundas injusticias. Sí, me aborrecí a mi misma, cuando no puse toda la carne en el asador y me comporté de manera pusilánime y amorfa. Por ello entiendo a Will que se ha humillado a sí mismo y ahora es carnada para los envidiosos, y los mediocres en relación con su altísima categoría. repito: "El amor te hace cometer locuras".
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