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VENEZUELA EN EL RECUERDO

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  • hace 2 horas
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              CRÓNICAS PRETÉRITAS

              Por Donacio Cejas Padrón


            VENEZUELA EN EL RECUERDO

                       EN EL CORAZÓN

   MARIA CORINA PREMIO NOBEL DE LA PAZ


Hace un largo tiempo, y por las especiales circunstancias que se están viviendo en Venezuela, decidí no escribir más crónicas sobre ese querido país, hoy sumido en una brutal dictadura, pero los últimos acontecimientos me han animado a sentarme a escribir una pequeña crónica, que seguramente nadie va a tomar muy en cuenta, pero que a mi modesta opinión es la pura realidad. Viví casi treinta años en la ciudad de Puerto Ordaz, junto a los majestuosos ríos Orinoco y Caroni, allí transcurrió toda mi ya lejana juventud, y en razón de mi modesta actividad comercial, hube de insertarme en  diversas  organizaciones sociales y empresariales, mi condición de español de origen no fue motivo de ninguna diferencia dentro de tales organizaciones, donde con alguna frecuencia  podía exponer mis puntos de vista sobre algún tema que yo considerara adecuado, especialmente en La Cámara de Comercio del Distrito Caroni de la que por algunos años formé parte. Era entonces Venezuela un país receptor de inmigrantes, acogedor y generoso que ofrecía grandes posibilidades económicas, y en razón de ello muchos centenares de miles de  personas encontramos allí nuestro acomodo social, casi sin ninguna diferencia con los naturales de allí, su régimen democrático donde cada cinco años había cambio de gobierno,  permitía al pueblo designar a sus dirigentes y así sucedió durante algunas decenas de años, pero llegada la década de los ochenta del pasado siglo, el país entró en una espiral de descomposición  administrativa, la corrupción fue adentrándose en las entrañas de los partidos, y comenzó una peligrosa tendencia a la ruptura de las instituciones oficiales. Hubo intento de golpes de estado, devaluación de la moneda, y vino a resultar que la nacionalización de la industria del hierro y del petróleo, que prometía elevar el nivel de vida de los venezolanos, y así lo pareció al principio, derivó en un descontrol fiscal y económico que cambió el rumbo y la tendencia de la sociedad venezolana.


Los dirigentes políticos de unos y otros partidos no atendieron las advertencias de hombres  como el Dr. Arturo Uslas Pietri y otros muchos más, que les avisaron a tiempo que vendrían años muy complicados para el  país, que se había embarcado en un endeudamiento no controlado, tanto del sector oficial como de la población en general, siguieron con el despilfarro tan de moda entonces, y llevaron a su país al desmadre.


Fue entonces cuando aparecieron las asonadas militares, prometiendo ser correctores de los desastres producidos, y  una buena parte de la población venezolana cayó en la trampa tal y como había sucedido en Cuba, en la década de los cincuenta y comenzó a apoyar a esos falsos apóstoles, a tal extremo que en las siguientes elecciones los elevaron al poder, y ahí comenzó la ruptura del sistema político que tan buenos resultados le había dado a su patria,  y comenzó una época de creciente  descomposición social y política, se cambió la constitución del 61 por otra acorde con postulados comunistoides, comenzaron las expropiaciones a capricho y el pueblo venezolano ya no despertó del letargo a que lo habían sometido sus nuevas autoridades, y poco a poco fue decayendo su capacidad de respuesta a la vez que se empobrecían, ya  se había dejado pasar el momento de todos juntos luchar por recuperar a su patria, y…comenzó el camino al doloroso exilio que ya para esta fecha  suma cerca de nueve millones de venezolanos, la mayoría gente joven y de  edades medias, en su mayoría profesionales y preparados, con lo cual el país ha ido perdiendo su tesoro más preciado, a sus hijos, que en su mayoría difícilmente volverán.


En tal desastrosa situación, ha surgido una parte de la sociedad venezolana liderada por María Corina Machado y que luchando en las más difíciles y peligrosas circunstancias, e no ha perdido la Fe ni el entusiasmo, ha encendido una luz brillante y muy valiente.

ree

que espera recuperar a su querida patria al seno de las sociedades libres y justas.


Los acontecimientos que estamos viviendo, con el otorgamiento a su causa del Premio Nobel de La Paz, y la odisea de su accidentada salida de Venezuela para estar hoy en Oslo recibiendo los honores de los pueblos libres del mundo, son una esperanza que ha vuelto a encender la llama de la libertad, y podría   ser su luz lo suficientemente fuerte  para derrocar a la tiranía de Maduro y sus secuaces. Dios lo permita.

FOTOGRAFÍA, DONACIO CON LA VIRGEN DE COROMOTO

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