Desde que se ubica a los enfermos de la mente, desde deprimidos hasta mal diagnosticados y mal medicados, en estado de paroxismo, en ciertas plantas de los hospitales, dándoles el alta de manera prematura, pues quedan pululando en la calle, incluso en estado precario, o en sus casas los que tienen el amor de su familia.
En el primer mundo es así también, han quitado los centros de internamiento, pero hay dispensarios donde se busca su inserción y orientación, para los que son bien tratados en su medicación y terapia, correctamente. Ellos atienden de manera personalizada, poniéndoles todos los medios a su alcance y dándoles prioridad en los estudios y en los trabajos, pues son países donde no hay nadie ocioso.
Aquí en España, los psiquiatras están saturados de pacientes y casi que no dan abasto, siendo elegidos los mejores, por los enfermos, que intuyen qué galeno es más vocacional y cual tiene más "ojo clínico".
Quizás la proliferación de trastornados de la mente, tenga su punto más álgido, por la falta de estructuración familiar y la carencia del debido afecto o amor. Son tiempos malos, donde los valores morales están a la baja.
Es cuanto todo queda al pairo, cuando las autoridades y políticos de turno, se dan cuenta que este problema de tantos afectados en su salud mental, incide en bajas laborales, reyertas callejeras y otros conflictos de más gravedad, cuando quieren paliar las consecuencias.
Ahora hasta en la comunidad de Madrid, su presidenta Ayuso, quiere poner manos a la obra y la Reina Leticia se ha manifestado a favor de una atención dirigida a este grupo de enfermos, que cada vez son más. Dicen que el loco es "aquel que lo pierde todo menos la cordura".
Preguntando a los médicos, acerca de productos medicinales de alta eficacia y mínimos efectos secundarios, que yo pude analizar de cerca, me dicen que son los laboratorios los que marcan la pauta, retirando unos y poniendo otros a la venta en las farmacias.
Son las tiranías de una sociedad, que busca por encima de todo el lucro y la experimentación en detrimento de los enfermos.
Sálvese quien pueda...
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