Hoy, tras los festones de las ramas que pertenecen a los árboles alineados en el mirador de Jinama, surgió ella, llena, enorme con una aureola de luz intensa y brillante que le daban un aire de grial planetario, pues el polvo en suspensión de nuestra atmósfera, difuminaban su corona de luz extradimensional. Ella LA LUNA, cumpliendo no sé qué ciclo inusitado en la bóveda celeste. Ni qué decir, cómo se renueva todo lo que tiene que ver con un período mensual. El misterioso furor imantado que causa el nacimiento, crecimiento y reproducciçon de toda clase de seres vivientes... Pero hay más, cuando vi subir la mole que salía de la cima de la alta montaña, se me encaprichó que parecía un milagro y me quedé embobada pensando que al mirar el fenómeno, me iba a olvidar de todas las mezquindades, traiciones, y mediocridad que cada día me causan náuseas. Pensé que aquella luz, que se derramaba ante mis pupilas era mi segundo bautizo, ese que renueva mis votos de persona venerante, que adora la creación. Olvidé cualquier falsedad seductora, que pueda esconderse en la mente de, diversos/as, gilitos/as, etc., y me reí a carcajadas. Que podía ser más grande que LA LUNA, que hoy, 8 de Febrero de 2020, asomó después de las 20:00 horas en el archipiélago canario, cumpliéndose los vaticinios de los científicos del espacio, que lanzaron la noticia de una Luna brillante, cercana y especial..., antes de que se llevara a cabo su presencia. foto: TIFFANY BOZZI (DESDE EL SOL DE ESPAÑA)
- radiogaroecadenase
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