
A primeros de enero de un año cualquiera, con amores y nombres seleccionados, con los huesos maduros a mitad de mi vida me PROMETO solemne no sufrir demasiado. Si me pegan, que peguen, si me aciertan, me han dado, y si pierdo en la Rifa, será porque he jugado. Me fastidian las penas, me da alergia el enfado, con el ceño fruncido parezco un feto raro. Año nuevo vida nueva (¡Qué tópico más sano!) Nueva luz ilumina mi ascensor apagado de subir a deshora de estar comunicando, de hacer la angustia en verso de hacer el tonto en vano, de sembrar mis insomnios de tachuelas y clavos. A mitad de mi vida de par en par sonrisa y puerta abro, —que no quiero acabar por los pasillos con el corazón apolillado—. PROMETO no volver a ahogaros en mi llanto, no volver a sufrir, sin un motivo muy justificado.
Comments