Cada vez es más frecuente ver mujeres mayores con hombres jóvenes, salvo que la mujer sea atractiva y el muchacho se enamore de ella, normalmente éstos persiguen su estatus y su dinero. Aun cuando existe el amor entre ellos, es difícil que la mujer mayor, encuentre ese hombre joven que la prefiere a ella entre todas. Éstos suelen ser hombres excepcionales. Pero lo que más vemos, son hombres fracasados en su vida familiar, que encuentran la panacea saliendo con chicas barbie o simplemente bellas y llamativas. Ellas se conforman con estar con el hombre que tiene solvencia o les puede encontrar un mejor puesto de trabajo. Viajan, bailan, se van a vivir juntos y ellas, las chicas, hacen caso omiso de las vejeces y achaques que empiezan a asomar en los hombres que viven una segunda juventud. Es sólo cuando se enferman de gravedad, cuando buscan a sus familiares o elijen otra pareja de su edad. Lo grave del asunto, es que cada vez hay menos hombres en edad de casarse, porque no encuentran trabajo y las mujeres de su edad, están muy preocupadas en su futuro, haciendo másters, oposiciones, cursos, experiencias laborales, etc. etc. Y aún más grave, es que la mayoría de mujeres mayores, aún conservando el deseo de enamorarse, poseen una fina intuición que les lleva a detectar a los amigos de Baco, a los que buscan una cocinera, a los absorbentes e invasivos, a los aburridos y sosos, a los que poseen la fiebre de mirar a «las otras» y estas señoras viudas o solteras, van descartando, descartando, hasta que prefieren hacerle un abriguito a los nietos, cultivar plantas en macetas, o simplemente ver la televisión. Algunas hasta se imaginan que estos «maduritos» buscan la mejor enfermera para cuando lleguen a la cuarta edad. ¡Que problema! aquí se forran las agencias matrimoniales, que cobran la intemerata por nivelar todo tipo de descompensaciones, y obtener soluciones imposibles. Por cierto, voy a leer un buen libro y a tomar café. ¡Hasta la próxima!
PAREJAS DESCOMPENSADAS por María Elena Moreno.
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