Hoy en día, en la «Era» de lo liviano, lo light, lo flojo, lo flexible, en la «Era» donde se cambia excesivamente de pareja, de amigos, de vivienda. Donde se tiran libros a la basura y se abandonan los trabajos que cuestan un poco de llevar a cabo; aumenta el juego, la superficialidad, el cambio de imagen, las operaciones innecesarias, etc. ¡De repente! alguien te dice que le aumentó el potasio, así, aisladamente, de manera inconexa, y tu te preguntas, ¿como se enteró? Y es que hoy en día, nadie te coge el teléfono cuando llamas a urgencias, pero analíticas se hacen por un tubo. Te descubren un forúnculo, luego una malformación, después un bultito que tienes de toda la vida y ¡ala! al quirófano. Y tu vas, porque tienes falta de cariño y así la gente te visita, y te mima un poco. Te cuidan el perro, te dan una baja de diez días y total te has quedado como «el bachiller en artes», ¡tan necio como antes! Te has quedado igual, pero con una cicatriz e inflado de antiinflamatorios, saturado de antibióticos y hora asignada para la rehabilitación en el fisioterapeuta. Es una manera de darse mimos y acaparar la atención. Ya no te hablan de la mujer, del trabajo o de los hijos, ahora te dicen: Me aumentó el potasio. Y yo me quedo pensando, -¡mmmhh- y si mañana te hacen una nueva extracción de sangre, te dirán que te bajó el azúcar o que te subió la adrenalina. Todo menos atender las necesidades afectivas de nuestros mayores, potenciar la educación de los niños, o leer un poco y aprender algún idioma. Me aumentó la idiotez, o es que acaso el aumento del potasio es una nube, para ocultar que no me ocupo de lo verdaderamente importante. ¡Córcholis, a mis abuelos cuando eran jóvenes lo único que les aumentaba eran las ganas de trabajar, para llevar dinero honesto a casa!
radiogaroecadenase
Comments