CRÓNICAS PRETÉRITAS
Por Donacio Cejas Padrón
LA FIESTA DE LOS LLANILLOS
El pasado domingo se celebró en nuestro Valle de El Golfo La Fiesta de Los Llanillos, durante la cual, y como se viene haciendo desde 1,940, La Virgen de Candelaria es llevada en procesión desde su templo hasta el pueblo de Los Llanillos, siempre acompañada por los tradicionales bailarines y público en general, este año por cierto muy concurrida y en un ambiente de alegría y fervor religioso.
Se sabe que esta tradicional fiesta tuvo su origen en el año 1,940, fecha en la cual un vecino de ese pago, D. Juan Padrón, conocido como Juan el de La Brevera, asiduo practicante a la misa cada domingo, soportando una enfermedad que le impedía trasladarse a la Iglesia, y también como consecuencia de su avanzada edad, le manifestó al párroco, la pena que tenía por no poder volver a ver a La La Virgen de Candelaria de la cual era gran devoto, a lo que el párroco, D. Santiago, le prometió que se iba a hacer una fiesta con traslado de la Sagrada Imagen desde el templo hasta Los Llanillos y que se celebraría Santa Misa en La Plazoleta, para que se cumpliera la ilusión de D. Juan Padrón.
Semanas después se celebró la fiesta y hubo el traslado hasta Los Llanillos conforme el párroco le había prometido a D. Juan. Vino por la mañana y regresó por la tarde, y así se repitió al siguiente año 1,941, año éste en que falleció este querido vecino de Los Llanillos, pero las autoridades del momento, el Sr. Párroco, y los vecinos, decidieron que la fiesta se seguiría celebrando, se eligió como fecha propicia el primer domingo de cada mes de Febrero, época ésta en que por razón de las mudadas, la mayoría de los vecinos de San Andrés y La Cuesta, estaban temporalmente residiendo en Los Llanillos, y eran estos vecinos los que principalmente organizaban y celebraban la fiesta; iban con su grupo de bailarines hasta Frontera, y acompañaban a la Sagrada Imagen en su procesión, en la que también participaban las gentes de El Barrio, temporalmente desplazados a Las Lapas, Los Mocanes y Las Puntas, y Los de Isora que lo hacían a Belgara Baja. Y naturalmente la mayoría de los habitantes de El Golfo.
Era prácticamente la primera fiesta del año en El Golfo, yo recuerdo la primera a la que asistí, en 1,952, cuando de la mano de mi madre hicimos todo el recorrido, al mediodía comimos en casa de Tia Teresa, hermana de mi abuelo Francisco, que preparó un chivo con papas, y que el postre fue de arroz con leche, algo que entonces era un manjar poco frecuente.
Así ha continuado celebrándose esta entrañable fiesta, creo que sin interrupción salvo los años de la pandemia, si bien ya no es la gente de Los Llanillos la que la organiza, sino que es El Ayuntamiento quien la coordina con el párroco y los vecinos de Frontera y Los Llanillos en conjunto, y los bailarines que acompañan son los del grupo de Frontera.
En el análisis de La Fiesta, me quedé en particular admirado por la cantidad de niñas y niños jovencitos, en edad adolescente que se han ido integrando en el grupo de bailarines, reflejo claro está del creciente ritmo de aumento de población en nuestro Valle, me cuentan que la matrícula escolar en sus distintos niveles se acerca a los quinientos alumnos, lo que sin duda refleja una vigorosa vida social y económica en Frontera, que seguirá consolidando a El Golfo como motor económico de la isla, con la valiosa aportación de inmigrantes latinos, que dicen los expertos en demografía, contribuirán significativamente al progreso de nuestra tierra, y que son ellos la mejor aportación social y humana y la de más fácil adaptación, pues por especiales lazos de tradición y consanguinidad y lengua, no les cuesta mucho integrarse plenamente en nuestra sociedad, según las noticias que vemos en diferentes medios de comunicación, son ellos también, los inmigrantes latinos, los que se están asentando en lo que se da en llamar ahora La España Vacía, especialmente en Aragón y otras regiones de La Península que han visto la despoblación de muchos de sus pequeños pueblos, y que ahora, con la llegada de estos inmigrantes están volviendo recuperar su vida de antaño.
En El Golfo se aprecia con facilidad su ritmo de progreso, se abren nuevos establecimientos comerciales, sus calles llenas de gente, el incremento constante de nuevas fincas en producción de los nuevos cultivos tropicales; ahora le está llegando el turno a los aguacates, afortunadamente va aumentando su población, y si bien en su momento se temía que la segregación de una parte de su territorio para crearse un nuevo municipio en la isla, podría ser un trauma perjudicial, tanto en el aspecto económico como social, pues ha resultado todo lo contrario, y hoy, ambos municipios conviven perfectamente, cada uno con sus problemas y sus aspiraciones, si bien es verdad que seguramente quien más se ha beneficiado de este cambio en la administración insular, es precisamente Frontera, por muchas razones que todos conocemos.
Acercándose la primavera, ya nuestros campos comienzan a reverdecer, los árboles en flor nos anuncian sus próximas cosechas, los días luminosos de Febrero y Marzo serán la antesala del verano, y el nuevo año nos traerá nuevas ilusiones de visitas familiares que por razones de emigración han tenido que buscarse la vida fuera de nuestro marco insular. Es una lástima, que en décadas pasadas nuestros regidores no hubiesen incorporado a esta isla en la corriente de la industria turística, y no se le hubiese dotado de establecimientos hoteleros y de ocio para atraer visitantes y turistas ´en razón de esa forma de actuar, desechando el turismo como principal motor de la economía insular,- a pesar de que había grupos empresariales muy interesados en instalarse en El Hierro,- nuestra isla se ha quedado a la cola del desarrollo regional, era una utopía fallida el pensar que con el sector primario como principal actividad, nuestra isla se iba a desarrollar, no ha sido nunca así en ninguna parte, y hoy estamos pagando las consecuencias de políticas a mi juicio muy equivocadas, y esa es la razón principal, por la que nuestros jóvenes no tienen otra opción que la emigración, miremos el ejemplo de Fuerteventura, y comparemos el desarrollo actual de una y otra isla.
Esperemos que las nuevas autoridades que han de surgir de las próximas elecciones, tomen conciencia de lo que con toda humildad me he atrevido a expresar, y tomen un camino distinto al de sus predecesores, y no caigan en sus mismos errores.
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