CRÓNICAS PRETÉRITAS Por Donacio Cejas Padrón HA FALLECIDO EN FRONTERA D. LUIS CASAÑAS BARRERA En días pasados falleció en nuestro pueblo, el querido vecino Luis Casañas Barrera, conocido también en su juventud por Luis el de Coloma, y más parte por Luis el de Vicenta, los nombres de las dos mujeres que sin duda más influyeron en su existencia, su madre Dº. Coloma, y su esposa Vicenta. Perteneció Luis a familias muy conocidas, en El Hierro, Los Casañas y Los Barrera, su padre D. Amadeo, que ejerció varios cargos políticos en los años treinta del pasado siglo, terminó ejerciendo de Alcalde Accidental tras la renuncia de su titular D. Onofre Sánchez, y falleció en un desgraciado accidente en El Camino de Jinama a la altura de El Miradero, antes había enviudado de su primera esposa, y se había casado en segundas nupcias con su prima Coloma Barrera, con la cual procreó varios hijos, los que unidos a los que había tenido en su primer matrimonio, me parece que sumaron doce, – no estoy seguro- , lo que si recuerdo es que en mis conversaciones con Luis, me contaba que en su mesa se sentaban diariamente catorce personas a comer. Poseía D. Amadeo muy buenas propiedades tanto en El Golfo, como en Nisdafe y Jinama, y su emblemática casa de Los Corchos llamada “ Casa Blanca” que aún se conserva en muy buen estado, era una de las mejores casas de El Golfo, situada al costado del Camino de Jinama, en el pago de Los Corchos, fue habitada últimamente por su hijo más pequeño, el recordado Lalo, que allí pasó sus años de juventud y matrimonio con su esposa Nieves y sus hijos, entre ellos Pedro Luis, fallecido tempranamente, y que también ejerció de Alcalde por unos años, en la actualidad está ocupada esta bonita casa por Nieves Padrón, viuda de Lalo que también murió siendo aún bastante joven. Contrajo Luis, matrimonio con Vicenta Armas Castañeda, en 1.960, familia a la que yo también pertenezco, y emigraron a Venezuela por aquellos tiempos, después de su matrimonio. Tras largos años en Caracas, regresaron ilusionados y contentos a ocupar su nueva casa de Tigaday, donde han transcurridos los últimos años de su vida, cuidando sus viñas de Los Corchos, dedicándole mucho tiempo a ayudar en La Parroquia de Candelaria, era católico practicante, incluso se le concedió por El Sr. Obispo la dispensa para administrar El Sacramente de La Comunión. Tuve la suerte de que tanto él como Vicenta me honraron con su amistad, lo que siempre les agradecí de corazón y me producía gran satisfacción, además de que era continuidad de la relación de familia que siempre hubo por parte de los padres de Vicenta con mi madre y abuelo, y solamente me ha quedado la pena de no haberles podido complacer en sus deseos de que los llevara a La Dehesa a ver la Virgen de Los Reyes, entre La Pandemia y otros motivos retrasaron el cumplimiento de su ilusión, una gran pena siento por no haberlos podido acompañar. A sus hijos, a su hermana Luisa, allí presente, y a su otra hermana Petra, residente en Tenerife, y a todos sus familiares, entre quienes me incluyo, nos ha quedado gran desconsuelo por el fallecimiento de Luis, y en su sitio habitual en el lado izquierdo de la fila de bancos centrales de nuestra Iglesia de Candelaria, junto al púlpito siempre recordaremos y veremos en imaginación la figura de Luis y Vicenta, dos queridos vecinos de nuestro amado pueblo de Frontera, que ahora tiene un buen vecino que echar en falta, en Semana Santa y otras fiestas religiosas a las que siempre ellos acompañaban.
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