HA FALLECIDO
- radiogaroecadenase
- 14 jun 2024
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CRÓNICAS PRETÉRITAS
Por Donacio Cejas Padrón
HA FALLECIDO D. MUCIANO ARMAS PADRÓN
Acaba de fallecer en nuestro pueblo un vecino muy querido, Muciano Armas, residenciado en Los Llanillos, más concretamente en El Chisgo, pero con casa tambien en San Andrés, donde lo conocí allá por la década de los sesenta del pasado siglo, cuando ejercía de taxista con su bonito coche Vauchal, que después cambió por una rubia más grande y bonita, este primer coche que tuvo había sido traído a la isla por D. Toribio Barbuzano de Isora, que se lo vendió a D. Juan Reboso de San Andrés, quien casi ni lo trabajó y terminó siendo adquirido por Muciano.
Eran aquellos años de mucha precariedad en la isla, la emigración de los jóvenes, mayoritariamente a Venezuela, dejó a los pueblos casi sin juventud, y realmente la vida entonces, en El Hierro, no ofrecía sino dificultades y carencias. Muciano había regresado de Venezuela, y trató de buscar camino, además de su taxi también compró un camioncito Thames matrícula TF 10.323 con el que hacía las mudadas de los vecinos de San Andrés al Golfo. Traía viajes de arena y materiales de construcción para las pocas obras que estaban ejecutándose entonces, generalmente casas familiares hechas por los herreños regresados de Venezuela; quiere esto decir, que eran hechas con bolívares ahorrados con tantos esfuerzos y sacrificios por los vecinos emigrantes a aquel país.
Pero tanto Muciano como bastantes herreños regresados de Venezuela, veían crecer a sus hijos y sabían que en El Hierro no era posible darles estudios, pues para ello había que salir fuera de la isla, y pensaron entonces trasladarse a Tenerife o Las Palmas para cumplir el sueño de que sus hijos pudieran estudiar carrera universitaria, y así empezó esa nueva andadura fuera de la isla, la mayoría se hicieron taxistas en Tenerife o Las Palmas, o montaron pequeños negocios, con los cuales poder disponer de medios económicos para que sus hijos estudiaran. Por aquel tiempo en Santa Cruz se construyeron unas urbanizaciones modestas, como El Cardonal y otras por El Barrio de La Salud, que estaban al alcance de las posibilidades económicas de estos herreños desplazados, y así , y por esta causa fueron bastantes los herreños que cambiaron su residencia a Tenerife y Las Palmas, con la seguridad de que me podré olvidar de alguno de ellos, me atrevo a nombrar a Damian, Juan Benitez, Nino, Manuel Espinel, Tito, Rogelio, los hermanos Juan y Olegario, Juan Reboso, Antonio Casañas, Alfonso, Polo, Valentin, Liberato, Sotero, Dacio, Cenobio, Mario Cejas, Zoilo y sus hermanos, el otro Zoilo de El Pinar casado en San Andrés con Isabel, Juan González, Marcial Mendoza, Juan Acosta, Evaristo, Juan Armas, yo mismo, y muchos más que ahora escapan a mi memoria.
Como premio a este esfuerzo de nuestros paisanos, la mayoría de sus hijos estudiaron, y hoy son profesionales universitarios que a todos nos honran, con lo cual se cumplieron los deseos de todos nosotros.
De mi estimado amigo Muciano Armas, hoy fallecido, guardo un recuerdo muy especial, en 1,966 en su taxi me llevó al muelle para embarcar a Tenerife camino de Venezuela, y al ir a pagarle el precio de la carrera me dijo “ No te voy a cobrar nada ahora, me lo pagas cuando regreses”. Gracias a Dios bastantes años después, a mi regreso en cuanto llegué fuí a buscarlo para pagarle, naturalmente que no me quiso cobrar, pero yo le retribuí en cariño y gratitud aquel gesto que hoy mismo recordó el sacerdote en La Iglesia pues yo se lo conté con gran emoción y grato recuerdo.
Muciano también vió coronado con éxito su esfuerzo, y sus hijos pudieron estudiar y prepararse para la vida en un plano más aventajado, y hoy son figuras muy conocidas en la isla por sus actividades sociales y profesionales.
Yo creo que con esta humilde crónica dedicada a Muciano en la hora de su partida al Más Allá, cumplo con el sagrado deber de honrar a un gran amigo, a una buena persona, el cual tuvo tiempo de regresar de nuevo a nuestra isla, una vez cumplida la misión de formar a sus hijos, y en los últimos años se dedicó a atender sus terrenos y hacer de ganadero en los prados de San Andrés.
Hasta siempre estimado amigo.




Que orgullosa me siento siento de haberlo tenido como padre y guía. Mil gracias Don Donacio