GHOSTING, por María Elena Moreno

fotografo profesional en el hierro, dedicado a la fotografía de producto, inmobiliaria. Cuando no hay consistencia en el amor aparece el «Ghosting» o desaparición fantasma de uno de los que forman la pareja, o en el tandem, desaparecen los dos. Es como cuando queda mal un plato de judías «sin consistencia». Cuando no te sientes atraído a mojar pan, es que la salsa no sirve para nada. Cuando te cansa una relación y no apetece compartir el tan preciado tiempo, la desechas como cuando le das a las gallinas las judías mal «templadas». Los adultos, camino de la decrepitud, hacen ghosting muy a menudo, porque arrastran la experiencia de haber traducido las atracciones a primera vista y encontrarse con personas sin consistencia como las legumbres mal guisadas. Eres mayor cuando prefieres leer a dar brincos en una fiesta de pueblo. Cuando elijes una buena música y suprimes escuchar berridos disonantes de grupos baratos. La decrepitud es el quiero y no puedo. Quiero amar, pero me lo impiden mis manías y egoísmos, me quiero relacionar, pero no lo hago, pues me da pánico encontrarme con más de lo mismo, para aguantar a desquiciados, prefiero aguantarme a mí y mis propias disonancias, me hago ghosting a mí misma, viajando a mundos etéricos y esotéricos buscando la ensoñación espiritual, o degustando mis espaguetis consistentes. Me voy, no estoy, vuelo, no me llamen, no me busquen…Mi mundo volatil y devoto, sí lo encuentro denso y apetitoso. Es el amor a Dios el que valoro por tener buen peso específico.