CRÓNICAS PRETÉRITAS
Por Donacio Cejas Padrón
HISTORIA DEL CAMIÓN TF 6653
En los años cuarenta del pasado siglo, nuestra patria sufría los rigores de la posguerra, hambre, miseria, desabastecimiento, incomunicaciones, etc. Nuestra isla alejada y abandonada como la que más,, sobrevivía a duras penas con lo poco que nuestros campos producían, pues la fuerte emigración a Argentina y Venezuela empezó unos años después, y ya la de Cuba había decaído por diversas causas.
Pero como desventura añadida, el año 1,948, se presentó en nuestra isla una gran sequía, se plantaron los campos y se perdieron las semillas, los ganados morían de sed y una gran tragedia se estaba haciendo presente en la isla, como consecuencia de esta dolorosa situación,, algunos centenares de herreños,, en barcos clandestinos se aventuraron a embarcarse a marchar a Venezuela, juntos a canarios de otras islas, que sabían de unas organizaciones clandestinas, que se dedicaban al tráfico de personas entre Canarias y Venezuela, sus puertos de embarque eran La Palma, Tenerife, Gran Canaria, y por último El Hierro, siempre amparándose en la oscuridad de las noches, y el secreto más guardado entre los que estaban en esas labores, para no ser detectados por las autoridades. De este fenómeno ya se ha hablado bastante por personas más documentadas que yo.
1. Pero, de golpe, y casi por sorpresa, en El Golfo se encendió una luz prodigiosa,, cuyo protagonista principal, fué D Silvestre Padrón Villarreal, dueño del Pozo de Aguanueva, Concejal del Ayuntamiento de La Frontera, quien, en un pleno de la corporación, informó que estaba dispuesto a regalar toda el agua que fuera necesaria para atender las necesidades básicas tanto de El Golfo como de otros pueblos de la isla, siempre que se consiguiera la autorización para importar un camión de Inglaterra, y que ya había hablado con los hermanos González Gutiérrez, D. Dimas, D. Benito y D. Mateo,
2. Vecinos de Frontera, quienes manifestaron tener el dinero suficiente para pagar el camión, y que lo pondrían gratuitamente a subir agua tanto para El Golfo como para, por lo menos San Andrés, Isora y El >Pinar, por todo el tiempo, que durara la sequía.
El Acalde de entonces D. Tomás Rodriguez Zamora- el más joven que ha tenido el municipio, se presentó en el despacho del Gobernador Civil de La Provincia, para hacerle la petición formal del permiso de importación del referido camión, anunciándole además que llevaba en su bolsillo la carta de renuncia a su condición de Alcalde si no se le concedía 1a licencia de importación.
Contra todo pronóstico, vistas las circunstancias que concurrían, se logró el permiso, y poco tiempo después ya el camión Commer TF 6653 circulaba por nuestras carreteras transportando agua, según se había ofrecido por sus propietarios,, dando tres viajes diarios desde Agua Nueva, a San Andrés, Isora y El Pinar, siendo este pueblo entonces el más pobre de la isla, por su condición de ser sureño y con menor régimen de lluvias,, lo conducían los dos primos, Honorio y Dimas González, cada uno doce horas, pues el viaje de Agua Nueva a los pueblos altos duraba cuatro horas entre subir y bajar.. El camión transportaba doce bidones de agua con capacidad de doscientos litros cada uno, de los cuales diez bidones se repartían gratuitamente a los vecinos, y dos se vendían por baldes para sacar los suelditos de los dos choferes y la gasolina, se decía que a ese camioncito durante año y medio no se le llegó nunca a enfriar el aceite de su motor.
Ese camión cambió de dueños varias veces, y terminó siendo propiedad de los hermanos Quintero de Sabinosa en sociedad con D. Luis Barrera, dedicado a diario a llevar mercancías al muelle, básicamente duraznos, vino y quesos, y traer cemento y otros productos de importación, terminó instalándose un motor Mercedes de gasoil, y su último conductor fue Luis Barrera hijo, ya tristemente fallecido.
Historia de un camión.
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