Una tarde de Domigo, en el Centro Médico Quirúrgico, nacía mi hija, y las primeras manos que la atendieron después del ginecólogo, fueron las de un pediatra de apellidos Solís García-Talavera, primo de mi padre. Yo no pude hablar con él, pues estaba adormecida. Una profesora de párvulos en el colegio de Las Asuncionistas, llamada Mercedes García-Talavera, me demostró cual era la manera más pedagógica de enseñar el sistema métrico decimal. Ella también era prima de mi padre. Ayer recibí la nota de prensa desde la editorial Kinannmon de la presentación de un libro llamado «Mis cartas con turismo, una amistad inquebrantable» del hotelero y profesor, autor de este libro que me encantaría leer, Eduardo Solís García-Talavera, también familia de mi abuela Rosario García Talavera, tuvo lugar en el emblemático Real Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife. No pude asistir, pero no pararé hasta adquirir el libro, pues siempre me alegra el contacto, aunque sea en la distancia, de la familia de mi padre Mario Moreno García-Talavera, y siento mucha curiosidad y deseos de leerlo.
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