CRÓNICAS PRETÉRITAS DESDE CANARIAS
Por Donacio Cejas Padrón
MI LLEGADA A SAN FÉLIX
Corría el año 1,966, mes de Octubre, cuando yo, un joven emigrante canario crucé por primera vez el Orinoco, procedente de Monagas, asombrado de la inmensidad del paisaje, de la abundancia de agua por todas partes, de las grandes llanuras, de la vegetación exuberante y de muchas cosas nuevas que no existían en Canarias, recuerdo que pensé : Dios me ha aventado como emigrante a una tierra que ofrece posibilidades y voy a aprovecharlas trabajando mucho y luchando por superarme constantemente.
Mi primer trabajo en Mueblería Venezuela en El Roble, junto a La Ford, vendiendo y repartiendo muebles por la ciudad, acompañado de Francisco Mariño y Pedro Vicente Morey, dos jóvenes venezolanos que pronto se hicieron además de mis compañeros de trabajo, grandes amigos que nunca he olvidado. Vivía en La UV 2 en una humilde casita, y allí empecé a querer a Venezuela, el país que me acogió sin ningún reparo, y pronto me integré en el tejido humano y social de la zona, asistiendo los domingos a Misa en La Iglesia San Buenaventura del Roble, regida entonces por El Padre Torres. Ese trabajo de ventas me permitió muy pronto integrarme en el tejido social y humano de San Félix, conocer a muchas personas, entre ellas recuerdo al Dr. Oscar Leal Umbría, al Dr. Alcides Pereira Laguna, joven abogado llegado de Falcón, le vendí sus muebles cuando se casó, después el citado destacaría como Juez del Municipio muchos años, y así a muchísimas personas que no he olvidado,
No había llegado a San Félix ni el teléfono ni la televisión, y los domingos acostumbrábamos mi esposa y yo a pasear por El Centro Cívico en Puerto Ordaz, pero aún con esa sencillez impuesta por las circunstancias de vivir en una ciudad alejada de las grandes urbes, pronto nos fuimos enamorando, y asistiendo al Cine Park y a otros entretenimientos, nos sentíamos contentos por estar allí.
En 1.967 nació nuestra primera hija, en La Clínica Neverí de los hermanos Borges, asistida por un medico canario el Dr. Tomás Alvarez Martin, y recuerdo que al inscribirla en La Prefectura pensé, bueno, pues ya formamos parte de la población con todos los derechos.
Apuntaré algunas fechas y acontecimientos que fueron determinantes para el futuro que aguardaba a
La Zona de El Hierro..
En 1,964 se inauguró el primer puente sobre El Caroní para comunicar San Félix con Puerto Ordaz.
El 7 de Enero de 1.967, el Presidente Leoni inauguró el puente Angostura en Ciudad Bolivar.
Por ese tiempo comenzó a funcionar El Hospital de Guaiparo, primer gran complejo sanitario de la zona, pues hasta entonces sólo existían algunas clínicas privadas, como el Centro Medico de los Morillo y del Dr. Natera, los Morillo fue una pareja de médicos españoles que ejercieron la medicina en la zona por muchos años, y La Medicatura Rural dirigida entonces por otro médico canario de mucho arraigo en la zona el Dr Javier Hernández, ahora residente en Guimar, Tenerife, después de haber rendido grandes servicios a la Medicina Venezolana en diversos puestos de relevancia nacional, y algún otro; en Puerto Ordaz el Hospital de La Orinoco, era el más conocido, hasta que se construyeron diferentes clínicas privadas, y más tarde El Hospital Uyapar.
Ya estaba en funcionamiento Sidor, pero empezaron Alcasa, Interalumina, y otras grandes empresas.
Se inició la construcción de La Represa del Guri.
Se inauguró el edificio de La CVG en Altavista.
Las colonias extranjeras, ya numerosas crearon El Centro Español del Caroni, La Hermandad Gallega, La Asociación Canaria, El Centro Italo, y El Centro Portugués.
Llegaron a Puerto Ordaz, las empresas Pasal y Cada.
Llegó la televisión en 1.971, el teléfono había llegado un poco antes.
Se construyeron en San Félix las urbanizaciones Moreno de Mendoza, Las Manoas y la UD 104.
Se construyeron en Puerto Ordaz, Villa Colombia, Villa Brasil, Villa Central, Villa Alianza, y Los Olivos, mas tarde Villa Alianza, Chilemex, La Querencia, y otra urbanización que no recuerdo su nombre en la Prolongacion de La Via Caracas. Mas tarde comenzó el desarrollo de Altavista, Unare y Mapanare en Matanzas, y también La Churuata y Los Mangos.
Estas nuevas urbanización acogieron a miles de emigrantes, venezolanos y de otras nacionalidades que llegaban a la ciudad a ocupar cargos en las grandes empresas, y que en muy poco tiempo cambiaron totalmente su aspecto, pues se construyeron grandes y modernos edificios, que cambiaron totalmente
el aspecto de la ciudad, pasando ésta a despuntar como ciudad importante en el conjunto nacional.
Por aquellos tiempos, y con mucho gusto solicité y se me concedió la nacionalidad venezolana con mi nueva cedula de identidad 8941126.
En 1,970 mi socio Andrés Lorenzo, recientemente fallecido aquí, y yo, fundamos nuestra modesta empresa Distribuidora Iberia, para venta de muebles y artefactos eléctricos, y poco tiempo después
La Ferretería El Teide en Castillito.
Ya para esa fecha me había trasladado a vivir a Puerto Ordaz, en Villa Central, frente a Los Peregrinos, y poco tiempo después en Villa Alianza 2 , ésta hermosa casa orientada hacia los ríos, con unas vitas inigualables, fue nuestro hogar por varios años, y la recordamos con inmenso cariño y nostalgia.
En próximas crónicas, me referiré a otros temas que sin duda pueden ser de gran interés para los lectores, siempre marcados por el cariño y la gratitud a esa querida ciudad de Puerto Ordaz, donde dejé tantos y tantos amigos y conocidos.
Junto a mi casa, tengo plantado un soberbio ejemplar de mata de mango traído desde El Hato Gil en Macagua, y su presencia y sus frutos son un motivo más para recordar continuamente aquella ya un tanto lejana etapa de nuestras vidas en Gujayana.
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