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Crónica de las tafeñas y la navidad, por DONACIO CEJAS

CRÓNICAS PRETÉRITAS

Por Donacio Cejas Padrón

LAS TAFEÑAS EN EL HIERRO

Repetían nuestros antepasados “ Este es el mes de Noviembre, éste es el dichoso mes,

que empieza con todos Los Santos y termina con San Andrés “

Gracias a haberse mitigado los efectos de la tan nombrada pandemia, que forzó un paréntesis en la vida de todos los humanos, han vuelto a celebrarse este año las tafeñas en nuestra isla, tanto en las asociaciones de vecinos como en otros lugares donde eran tradición, si bien por razones que desconozco no se celebró la que seguramente sería la más concurrida, me refiero a La Tafeña en La Cooperativa del Campo de Frontera, esperemos que en el próximo año podamos volver a celebrarla. Esta tafeña de La Cooperativa empezó siendo organizada por El Consejo Regulador, y seguramente sería idea de su Presidente por muchos años el recordado vecino Cayo Armas Benítez, y se celebraba en las instalaciones de La Cooperativa, pero con el paso del tiempo, fue esta misma la que se encargó de organizarla y celebrarla, siempre con gran afluencia de gente y con presencias casi siempre de muchas autoridades insulares y regionales, incluso del Presidente del Gobierno de Canarias.

La producción de castañas en nuestra isla esta localizada en las partes altas de El Golfo, desde la La Hoya Pequeña hasta La Montaña Colorada, y seguramente también algo más hacia El Oeste, igualmente se producen en Isora, San Andrés, La Cuesta, y otros pueblos altos de la isla, siendo los vecinos de Los Corchos en Frontera posiblemente los que mas cantidad recogen, y antaño las usaban como elemento de trueque en otros pueblos como Sabinosa, El Barrio, y sobre todo en El Pinar, donde acudían mis abuelos para cambiarlas por higos.

Las castañas y nueces eran ingredientes de las morcillas que se hacían en todas las casas durante las muertes de cochino, y por eso tenían tanta importancia en la dieta de los vecinos, y es por eso que acostumbraban al trueque con los vecinos de Los Corchos, cambiando papas, pescado salado, sal, granos, etc, pues así se completaba el circulo de la supervivencia alimenticia en nuestra isla en aquellos años.

Al mismo tiempo era también en estas fechas de la recolección de las castañas y las nueces, la época en que se probaban los vinos nuevos, y por lo tanto la conjunción de vino nuevo y castañas llevaba aparejada las parrandas y canturías que se oían en muchas casas, si bien durante ese mes de Noviembre no había bailes en los casinos por costumbres religiosas que así lo imponían, y era habitual que durante ese mes se arreglaran los casinos, se pintaran sus paredes e incluso se celebraran las juntas para renovar a sus autoridades.

Pasada la dura etapa de la pandemia, gracias a Dios la vida está volviendo a la normalidad, y ello ha traído consigo que también se reanude la bonita costumbre de las tafeñas, para satisfacción y alegría de nuestros vecinos.

Por estos tiempos, antaño, era la época de las muertes de cochino en todas las casas de nuestra isla, que reunía a familias y conocidos para su celebración, pues casi se consideraba una fiesta familiar. Ahora solamente conozco la que celebran en La Asociación de Vecinos de San Andrés, y que resulta muy concurrida y donde se ha recuperado la antigua costumbre de las morcillas y del puchero herreño, ojalá su ejemplo sea seguido por otros colectivos.

Ya se nos acerca La Navidad, y si Dios quiere parte de mi familia y yo pasaremos La Nochebuena en nuestro pueblo, hasta mi hijo que viene de Londres también está ilusionado en conocer como es La Navidad ahí, yo por mi parte he tenido ese deseo desde mucho tiempo atrás `pues desde mil novecientos cincuenta y nueve no estoy en mi pueblo en La Misa de Nochebuena, y parece que este año voy a ver realizado un sueño largo tiempo acariciado.

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