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CLIMATOLOGÍA ADVERSA

  • radiogaroecadenase
  • 18 abr 2024
  • 3 Min. de lectura



              CRÓNICAS PRETÉRITAS

          

              Por Donacio Cejas Padron


    La climatología adversa, una tragedia para El Hierro


El año dos mil veinticuatro, se está comportando con  climatología  muy parecida a la del año 1,948, que se recuerda como El año de La Seca, y que dejó una secuela de daños y calamidades,  tanto en los cultivos como en  los ganados de la isla,  que  contribuyeron de manera muy importante en la emigración clandestina a Venezuela, y poco después, cuando se  decretó la libre entrada de emigrantes en aquel país, se produjo una  marcha  de gran parte de la población canaria y herreña al país caribeño, que entonces y hasta finales de los años sesenta,  recibió centenares de miles de inmigrantes europeos, especialmente españoles, italianos y portugueses. Entre los españoles,  figuraron  de manera muy importante los canarios y gallegos, además de los asturianos y andaluces,  nuestra pequeña isla  aportó proporcionalmente con respecto a su población, el mayor índice de emigrantes.          





Habitualmente se marchaban los  hombres solteros y los casados  sin su familia, se interpretaba entonces que aquella sería una etapa pasajera de ir y venir, unos años después, ya fueron familias enteras los que se marcharon a Venezuela,  allí se fueron situando, y poco a poco en  los próximos tiempos,  ya empezaron a tener mejor economía y vivienda. Nacieron los hijos, y el regreso se situaba ya en horizontes más lejanos,  pues entonces Venezuela  estaba necesitada de inmigrantes y naturalmente, que los españoles  ocuparon un importante lugar en la sociedad venezolana. Se crearon centros sociales por casi toda la república, destacándose naturalmente la Hermandad Gallega de Caracas, el Centro Asturiano y el Hogar Canario, pero también en casi todas las ciudades importantes del país, se crearon estos centros sociales, en mi región del oriente venezolano, se creó en Ciudad Guayana, la Hermandad Gallega y la Asociación Canario-Venezolana de Guayana,  donde se situó una réplica de la imagen de La Virgen de Candelaria, llevada por la colonia canaria de allí, y  que por unos años se veneró en La Capilla del Centro y hoy,  ya ocupa lugar en la parroquia de Fátima de Puerto Ordaz, y pronto en la catedral en construcción.  Recuerdo oírle decir a un político venezolano, muy agradecido con la presencia de tantos inmigrantes allí, la siguiente frase: "¡Los canarios se suben en Tenerife a las olas, y ellas mismas los traen a La Guaira, camino que de tanto recorrerlo el mar, ya se lo sabe de memoria!"

De tantos emigrantes  canarios que se marcharon a Venezuela, muchos tuvimos la suerte de regresar, pero seguramente la gran mayoría se quedaron definitivamente por allá, y algunos tempranamente perdieron su vida  como mis amigos Adalberto Padrón y Santiago Padrón de Los Llanillos, es ley de vida.


Viendo ahora  los efectos de la actual sequía  que estamos padeciendo en nuestra isla,  no quisiera pensar que tenga que repetirse  de nuevo el fenómeno de la emigración, Dios no lo quiera, pero es que estoy viendo como la agricultura en nuestro Valle de El Golfo está deteriorándose gravemente, vemos  bastantes  fincas de piña  en proceso de abandono, los duraznos han desaparecido, y la viña también está disminuyendo, entonces pienso yo lo  difícil que será afrontar los  gastos  para la subsistencia económica de las familias, y al mismo tiempo  me acuerdo continuamente de mi querido amigo Cayo Armas que siempre lamentó  que nuestra isla no se incorporara a la industria turística, como lo hicieron todas las demás, algunas como Fuerteventura, mucho más pobre entonces que El Hierro y hoy convertida en un polo de atracción turística de primer nivel. Cosas de la vida.


Apuntes para la historia


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